El ático, cuando se construyó este edificio en 1930, estaba destinado al portero. ¿La razón? No había ascensor y los pisos más valorados eran aquellos situados en la planta primera tambien llamada principal. Éstos disponían de los techos más altos y con molduras y las baldosas más decoradas.
Pero llegó el ascensor y el ruido de los coches… y los áticos fueron los más solicitados ya que disponían además de muchísima luminosidad y casi siempre terraza.
En esta reforma quisimos dar mas funcionalidad y valorizar las dos terrazas.
La cocina la pusimos en la parte central del piso, recibe luz del patio central y da sentido a un espacio de transición. Las habitaciones dobles y la sala se asoman a la terraza interior de manzana.
La entrada se ha hecho más grande y recibe luz principalmente del estudio (que antes era un cuartito de depósito de la cubierta). Se creó un acceso directo a la otra terraza.
Hemos mantenido el suelo de baldosa hidráulica original. Los falsos techos se tuvieron que rehacer completamente, incorporando puntos de luz a led.
p.s. mamá perdóname por las fotos con las botas sucias!